viernes, 4 de marzo de 2011

REPRODUCCIÓN Y CRECIMIENTO.

El periodo de freza comienza cuando el agua ha alcanzado una temperatura comprendida entre 18 y 24ºC  lo que en la mayoría de las aguas peninsulares viene a coincidir con los meses de Mayo y Junio, aunque en latitudes más meridionales de la Península, la bonanza climática adelanta la freza al principio de la primavera.
El macho selecciona un lugar poco profundo, que dependiendo de la cobertura y claridad del agua oscila entre los 0,3 y 1,2 m, aunque se han observado nidos a una profundidad superior a los 6 m en zonas de aguas muy claras.La naturaleza del lecho no es tan determinante como el grado de cobertura, aunque prefieren como frezaderos sustratos de grava o arenosos con algún tipo de cobertura próxima, ya se trate de vegetación acuática o estructuras sumergidas (restos de troncos, grandes piedras, etc.). Tras la elección del frezadero, el macho comienza la construcción del nido utilizando su mandíbula inferior y sacudiendo su cuerpo con rotaciones alrededor del lugar escogido, en forma de pequeña cubeta con un radio similar a la longitud de su cuerpo (entre unos 25 y 38cm), que mantendrá siempre limpio de suciedad. Los machos suelen realizar los nidos en zonas donde no sean vistos por otros machos; así, dependiendo de la cobertura y claridad del agua, puede establecerse una distancia media entre nidos de unos 9 m. En zonas de mucha cobertura, la proximidad mínima entre dos nidos suele rondar los 4 m de separación, dado que la propia cobertura impide que los machos se vean a esta distancia. El macho guardara celosamente la zona que circunda el nido en un radio aproximado de 1,8m.
Una vez finalizado el nido, el macho merodea por los alrededores en busca de una hembra madura; comienza así un galante cortejo a la hembra, interrumpido por algún cabezazo del macho que empieza a impacientarse. Pueden darse coléricas luchas entre machos que se disputan una hembra. Cuando la hembra acepta al macho, comienzan a nadar en circulo, frotando sus cuerpos, seguidamente la hembra comienza a poner los huevos, mientras que el macho simultáneamente los fecunda con su esperma.
Las hembras ponen de dos mil a veinte mil huevos por término medio, según el tamaño del pez; podría asumirse que desova de cuatro mil a quince mil huevos por kilogramo de peso de la hembra, lo que supone aproximadamente un 10% de su peso corporal. Las hembras más grandes suelen tener el mayor número de huevos y por lo tanto mayor alevinaje, sin embargo tienen una tasa menor de número huevos por unidad de peso del pez. En ocasiones, las hembras no depositan todos los huevos en el mismo nido sino que reservan parte de la puesta para depositarla en otro. También es frecuente que un macho fecunde los huevos de varias hembras.

Los huevos tienen un diámetro que oscila entre 1,5 y 2,5 mm, y están recubiertos de una sustancia adherente que les permite fijarse al sustrato.
Transcurrida la fecundación, proceso que puede durar varios días, los huevos depositados en el nido se aglutinan en una masa compacta que se adhiere al sustrato del mismo. El tiempo de incubación depende de la temperatura del agua, siendo el tiempo normal de una a dos semanas, pudiendo reducirse si el agua sobrepasa los 20ºC (Unos 140ºC x día).
Una vez finalizada la puesta, la hembra permanece en el nido como máximo un día, después lo abandona y busca aguas más profundas para reponerse. El macho permanece en el nido hasta que los alevines han alcanzado un tamaño medio entre los dos y tres centímetros, proceso que dura unas dos semanas o más, dependiendo de la temperatura del agua, hasta entonces se encargará, mediante sacudidas con la cola, de limpiar y oxigenar constantemente la puesta, así como de proteger a la prole de la acción de depredadores. Durante este periodo el macho no se alimenta, sin embargo el celo con el que vigila el nido le hará atacar, de manera violenta, a cualquier depredador que amenace su prole. A partir de que los alevines alcanzan la longitud mencionada (2-3 cm), deberán cuidarse por sí mismos ya que será su propio progenitor quien cambie de actitud y comience a devorarlos si no se ponen a salvo. A pesar del cuidado que la especie ejerce sobre las puestas, hay que destacar que, en condiciones naturales, la mayoría de ellas se pierden bajo la acción de depredadores, como la perca sol, ya que el macho es incapaz de controlar por completo a los mismos. Otro efecto negativo en el éxito de las puestas es un descenso de la temperatura del agua por debajo de los 15ºC; si esto sucediera el macho podría abandonar el nido volviendo a aguas más profundas, quedando la puesta a merced de los depredadores. Como ya se ha comentado, un descenso brusco del nivel hídrico del embalse en época de freza también afecta de manera importante al desarrollo de la misma, ya que podrían perderse las puestas al quedarse sin agua que las cubra. Por tanto, parece obvio que la tasa de supervivencia es pequeña, podemos decir que el número de ejemplares que llegan a los 25 cm de longitud por nido medio (2.000-12.000 huevos), es de 5 a 10.
 
El crecimiento del black bass está claramente influenciado no sólo por la temperatura sino por la alimentación, es decir, el crecimiento de un individuo es directamente proporcional a la cantidad de alimento de talla adecuada que tenga disponible, y por tanto, dependerá directamente de la masa de agua en la que se encuentre. Así, en zonas de alimento escaso y alta competencia entre individuos, el reclutamiento del black bass no sobrepasa los 5 cm de longitud en su primer año, mientras que en otras aguas con menos densidad de peces y ricas en alimento, ese mismo reclutamiento podría alcanzar los 30 cm (6 veces la longitud y 300 veces el peso que para el caso anterior) en su primer año. El crecimiento del black bass, en condiciones naturales normales, es rápido durante el primer año de vida, alcanzando un peso entre 15 y 50 gramos y una talla de 7 a 15 centímetros. El desarrollo posterior es muy variable, ya que el black bass no deja de crecer durante toda su vida, dependiendo fundamentalmente de las aguas donde habite y de las posibilidades de alimento que disponga. En condiciones normales, a los dos años habrá duplicado su peso y talla; a los tres alcanza los treinta y cinco centímetros y un peso aproximado de quinientos gramos, llegando así a la madurez sexual; a los cuatro rondará los cuarenta centímetros y los dos kilogramos; a los siete llega a los cincuenta centímetros pasando los tres kilogramos de peso; y sobre los diez años, cuando alcanza su límite aproximado de vida, pasa los sesenta centímetros y más de cuatro kilogramos de peso.
La especie presenta una diferencia de crecimiento y tamaño entre sexos. Las hembras son de mayor tamaño y al llegar a la madurez sexual, presentan un crecimiento más rápido que los machos; mientras que las hembras, por lo general, superan los 4 kg de peso, los machos rara vez superan los 2 kg. Se tiene constancia de ejemplares excepcionales capturados en Estados Unidos siendo el mayor, una hembra de 10,09 Kg. perteneciente a la subespecie floridanus, capturado en 1932 en el lago Montgomery (Georgia).
Señuelo para la pesca del black-bass en superficie

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